Messadie, que es considerado un novelista histórico y especialista de los temas bíblicos, nos presenta en esta obra, una visión distinta sobre la muerte de Jesús, pues justamente el tema central de la novela se refiere a su particular mirada sobre la muerte del Nazareno en la cruz y su eventual resurrección. Por ello, tratando en paralelo la confusa situación social y política de los judíos de las primeras décadas del siglo 1ro de nuestra era, que a la sazón se encontraban muy divididos ora en relación a una postura frente a la invasión romana, ora frente a la interpretación y práctica de su propia religión; va matizando con excelentes cuadros costumbristas de la vida, del rol casi invisible de la mujer, de las costumbres y hasta de las comidas judías. Aquí, tras dar cuenta de un entramado de espías del Sanedrím por una parte y por otra de judíos al servicio del espionaje romano, se plantea que Jesús no murió en la cruz y que no hubo resurrección. Ello por una serie de factores enmarcados en una amplia conspiración organizada por María Magdalena, quien en virtud de su supuesta vida licenciosa había acaudalado una pequeña fortuna, lo cual sumado a su belleza y su amplia red de contactos con comerciantes acaudalados, con los fariseos, los zelotes, con la madre de Herodes, con la esposa de Poncio Pilatos y con otros exponentes de la sociedad política y mercantil judía de su tiempo; le permitieron sobornar al centurión, a los soldados romanos encargados de la crucifixión y a otros agentes romanos vinculados a las etapas y procedimientos operativos en estos casos.
Así, el autor va mostrando como no se van cumpliendo las etapas de la crucifixión tradicional; tales como la necesaria permanencia de más de un día en la cruz, el quiebre o fractura de las tibias del crucificado, que corresponden a los huesos más firmes para resistir el peso del cuerpo, el examen minucioso de su muerte y otros procedimientos de rigor.
Llama la atención ante el desarrollo de esta hipótesis, la adecuada argumentación documentaria específicamente bíblica, pero también histórica y cultural que despliega el autor para ir fundamentando su postura acerca de porqué razones no se realizó un proceso de crucifixión clásico, así como también las técnicas médicas que supuestamente se emplearon para que Jesús no sufriera o sufriera lo mínimo en la cruz. Y lo propio corresponde señalar de las técnicas curativas y otras terapias medicamentosas, para sanar lo más rápidamente posible al Nazareno, tras vencer el círculo de la vigilancia romana y del propio Sanedrím. También la novela concita el interés del lector, el amplio conocimiento de la etapa de Jesús en la comunidad de los esenios, antes de autoasumiuda condición de profeta, salvador y conductor de un Reino de los cielos.
Como no se pretende mostrar el final del Jesús rescatado de la cruz y de la muerte, y por si alguno de los distinguidos lectores ya lo leyó o pretende hacerlo, dejamos hasta aquí este comentario, para que en su momento saquen Uds. su propia opinión.
Reseña: Zenobio Saldivia M.
Marzo 2019.