Los grandes desafíos éticos del Chile Actual

Zenobio Saldivia M. 

Introducción

La situación social y política mundial es actualmente muy compleja y no es fácil ajustarla a paradigmas determinados, sino más bien, pareciera que es muy emergente y ofrece una diversidad de expresiones que se observan en los diferentes campos del quehacer humano. Y lo único que se percibe como en una línea estable es el cambio. Cambio y novedades en la política mundial, en los mercados, en los sistemas de justicia o en la educación por ejemplo. Y en este esquema Chile no es la excepción y se ve enfrentado a grandes desafíos éticos. Entre éstos por ejemplo:

  1. Restablecer la confianza en la institucionalidad.

Recientemente en nuestro país la corrupción se hizo presente también en instituciones castrenses, como por ejemplo en el caso de los Carabineros de Chile, donde una cúpula de oficiales están siendo formalizados por apropiarse de grandes cantidades de dinero, y muchos de estos altos mandos han sido dados de baja y otros están en procesos judiciales. Esto ha sido muy lamentable pues Carabineros gozaba de una excelente imagen corporativa y del respeto y admiración nacional e internacional y estos avatares han quebrado dicho imaginario. Y el caso de la muerte de Jorge Matute Johns, por ejemplo es una afrenta a nuestra institucionalidad policiaca y judicial, pues al no identificar a los culpables, desde 1999, fecha de su desaparición, habla muy mal de la eficiencia de estos sistemas, en este caso de la PDI pues dejan una sensación de impotencia e indefensión para los familiares y para la ciudadanía en general. Algo parecido también ha acontecido con las acusaciones entre fiscales y carabineros en relación a pruebas de casos de violencia en sectores de la Araucanía. Y así podríamos enumerar otros, pero lo relevante aquí es que a todas luces se hace urgente y necesario restablecer la credibilidad y la confianza en los procesos y en las instituciones relacionadas con Carabineros y la Fiscalía. Esto no es un mera situación de re-ordenamiento administrativo. Es una muestra de la realidad valórica negativa y alejada del ideario del bien común de algunos profesionales, que con estas malas prácticas en el ejercicio de su profesión han ocasionado un perjuicio inmenso a la ciudadanía toda, pues le quita  de plano la confianza que tenía en estos estamentos, y le hace sentir al ciudadano común, que todo vale y que la institucionalidad puede ser amañada y que por tanto cuando la necesiten no estarán ciertos de ser atendidos con la debida justicia. 

  1. Restablecer las buenas prácticas en el mundo empresarial.

Dado que en los últimos años el mundo empresarial ha realizado acciones reñidas con la ética, como por ejemplo el caso de las colusiones en algunas cadenas de farmacias, o en las empresas que confeccionan y distribuyen servilletas, conford y otros para mantener un precio estándar, burlando el espíritu de la libre competencia. Por ello no cabe duda que resulta muy conveniente establecer un marco teórico filosófico mínimo orientado hacia las buenas prácticas para cautelar la libertad de distribuidores o vendedores y para el respeto a los compradores.

  1. Reorientar la educación hacia lo esencialmente humano.

Actualmente estamos inmersos en la discusión por la gratuidad en la educación y avanzando en la normativa para esta meta. Está bien, pero no todo se agota allí. Ahora se presenta la temática de la calidad de la misma. ¿Cómo asegurar la calidad de la educación?¿exigiéndole sólo más cursos y técnicas a los docentes?, también los alumnos tienen que internalizar que avanzar hacia la perfección requiere de una autoreflexión y de una mayor exigencia personal en sus estudios por una parte. Por otra hay que pensar qué tan efectiva puede ser una educación centrada sólo en metodologías, estructuras y apoyo tecnológico, entendido simplemente cómo entrega de notebooks. Aquí falta algo intermedio: la convicción de que eso únicamente son los medios y que la educación debe apuntar al ser humano integral, no únicamente a lo cognitivo, sino también a lo axiológico, a la realidad de una fuerte formación de una conciencia moral para un posterior desempeño ético como profesionales. Y esto nos lleva también a revisar cual es la presencia de la ética en la formación del estudiante universitario, pues en la mayoría de las carreras la han sacado de sus mallas incluida en muchas casas universitarias de Chile. Y algo similar ya aconteció hace un par de décadas con la eliminación de la filosofía en las mallas profesionales de nuestras universidades.

  1. Contribuir a formar una nueva moral ciudadana.

Dado que gran parte de nuestra juventud actual está muy exigente y demandante, centrada en valores puramente mercantilistas, en la obtención del dinero fácil y en la inmediatez para alcanzar bienes e inmuebles, esto los ha llevado a preocuparse sólo de sí mismos, generándose una mentalidad egoísta colectiva, despreocupada e indolente que pide y pide sus derechos, ha olvidado que también tiene deberes que cumplir como por ejemplo estudiar con seriedad o respetar a los otros, a la tercera edad, o a los grupos étnicos y a los que manifiestan una diversidad sexual. Por ello urge una preocupación colectiva de diversos sectores para contribuir a asentar en nuestros jóvenes una nueva moral, que esté centrada en su persona y en el resto de los ciudadanos e incluso en el medio ambiente y su biodiversidad. Este es uno de los más grandes desafíos porque para lograrlo se articulan las humanidades, la familia, la educación en todos sus niveles y el Estado.