Makarena Quiroz Armijo

UPLA, Sede San Felipe. 

Antecedentes previos

Desde su nacimiento, el arte de escribir, es ante todo el reflejo de los sentimientos e ideas de los autores que ven, a través de la escritura, la huella literaria representante de un tiempo que avanza sigilosamente en el reloj de la vida. Es así como podemos encontrar en las bibliotecas una extensa variedad de emociones que, sin duda, son nuestra máquina del tiempo. La literatura tiene este poder. Mirar el reloj en la pared y ver cómo las manecillas retroceden para llevarnos a remotos tiempos donde el pasado se transforma en presente. Justamente en este tipo de viajes presente–pasado, se sitúa el texto escrito por el académico Zenobio Saldivia, quien, a través de sus palabras, nos ubica en un tiempo remoto en el cual se comienza a escribir la historia chilena y también la historia del cuerpo físico del país, con los criterios científicos ya aceptados por Europa. En efecto, el texto La Visión de la Naturaleza en Tres Científicos del siglo XIX en Chile: Gay, Domeyko y Philippi, editado por el Instituto de Estudios Avanzados de la U. de Santiago de Chile, Santiago (2003).

Estos tres científicos llegan a Chile en el momento que según el autor “se realizan las primeras acciones para lograr la consolidación del estado-nación, para así, afianzar en el plano político y normativo, la independencia recién lograda”.[1]  Es así como el gobierno de la época, determina la importancia de construir la historia chilena, marcada tantos años por una historia foránea y europeizante que no reflejaba el espíritu hispanoamericano. El Chile Republicano, por ende, manifiesta dentro de su ejecución y de acuerdo a la política científica de la época, la contratación de sabios extranjeros, los cuales, a través de sus conocimientos y objetividad, asumen la tarea de inscribir la historia de Chile a la memoria colectiva de esta nueva nación, unido además, con el conocimiento científico que estos poseían.

Viajeros e idealismo científico en el Siglo XIX

Con el tiempo, estos sabios fundan las primeras instituciones científicas y se hacen cargo de las mismas, amén de tener tienen entre sus objetivos, el desarrollo y la difusión de la ciencia en el país. Pero más allá del plano político-histórico de la llegada de estos tres científicos a Chile, resulta muy relevante específicamente su contribución al plano literario; la literatura que éstos realizaron como representantes de una generación creadora, organizadora y representativa de una nueva república. Este tipo de prosa es lo que el investigador analiza en la obra mencionada. Por ello es que la misma, incluye capítulos tales como: “La prosa científica de los autores seleccionados” y “La Presencia del Romanticismo en la prosa científica de Gay, Domeyko y Philippi”.

Cedomil Goic en el texto: La novela hispanoamericana, descubrimiento e invención de América,[2] nos habla del Romanticismo como la generación de 1837, correspondiente a los nacidos entre los años 1800 y 1814. Esta generación marca en toda Hispanoamérica, el comienzo de un desarrollo cohesivo y maduro de la novela y de la literatura en general. En este tiempo, por tanto, se dan los primeros movimientos tendientes a organizar el desarrollo de la literatura como expresión de la nacionalidad con un apego marcado a la representación de las costumbres pintorescas, llenas de calor local, de la naturaleza americana, de los acontecimientos históricos e histórico-políticos y de sus luchas de emancipación y de su progreso. Por tanto, Gay, Domeyko y Philippi, utilizan esta corriente literaria en su discurso científico y se ven envueltos en los avatares propios de la expansión de dicho modelo. Es el maridaje de la ciencia y la literatura. Esta solemne unión científico-literaria, les permite hacer una cuidadosa inserción de sentimientos al mismo tiempo que dan cuenta de la descripción de los observables taxonómicos o inorgánicos. En este caso, la expresión de la emoción y del goce estético en cada uno de estos científicos, es el resultado del asombro que embarga al observador al enfrentar los observables.

Nuestra interpretación

Goic plantea con claridad que los escritores de esta generación propia del romanticismo, utilizan las letras para insertar en la novela, la representación de las costumbres pintorescas de este tiempo. Con estos tres científicos ocurre lo mismo. La existencia de una diagnosis o del conocimiento de los signos y propiedades de observables orgánicos e inorgánicos, nos dice Saldivia, que sobre determinados exponentes orgánicos o abióticos, la inclusión de escenas costumbristas o de visos etnográficos en las descripciones y la expresión discreta de sentimientos, hace de estos hombres, representantes de los estudios científicos a través de la prosa Romántica, y por ende, representantes también de las letras de esta generación literaria. Así, los apartados del texto: “Romanticismo y discurso científico”, “La preocupación por los íconos” y “Romanticismo como forma de vida”,[3] ilustran muy bien esta situación.

Este equilibrio entre ciencia y literatura en la prosa de los tres científicos mencionados y de los cuales da cuenta Saldivia en su obra, se ve reflejada por las expresiones de asombro, de belleza, de armonía o por la percepción de la soledad o de la vastedad de los paisajes, entre otras características; para así, mostrar en sus páginas a un doble agente relator: el “yo persona” y el “yo observador científico”. Esta dualidad nos lleva a observar una descripción detallada de la naturaleza del lugar y además, a apreciar los sentimientos del autor, pero de manera delicada sin apartarse totalmente  de lo científico.

Raciocinio vertido al signo

De acuerdo al estudio literario de René Wellek y Austin Warren, el discurso científico, tratará siempre de reducir el lado expresivo y pragmático del lenguaje para abocarse únicamente al signo, que en este caso, corresponde al elemento de estudio, a la investigación de los referentes de la naturaleza chilena. Este enunciado poco se aleja de lo enseñado en las clases de literatura, donde las distintas posturas acerca del tema, llevan a la controversia, o, en el mejor de los casos, a la aceptación de nuevas inclinaciones generacionales.

Por eso, y como representante de una opinión generacional, nos preguntamos: ¿qué sucede con Gay, Domeyko y Philippi?, ¿Por ser científicos deben ser marginados de los textos de la literatura nacional? A nuestro parecer, el nivel de conocimiento y la magistral forma de escribir sobre nuestro país, los hace tan literatos como cualquier otro representante de esta generación. Estos tres científicos forman un todo. Intercalan entre la descripción del paisaje y la población, la influencia romántica de su tiempo, para transmitir sus conocimientos y sentimientos románticos.

Así, el texto del profesor Saldivia Maldonado nos acerca a tres autores que, si bien son reconocidos en el ámbito puramente científico, para muchos académicos y para los estudiantes de literatura en general, resultan casi desconocidos. La construcción cohesionada y coherente del texto que comentamos, nos permite transitar por sus páginas en forma clara y segura, para hacer conocido lo desconocido. De esta manera, logramos conectarnos con el pasado histórico-literario que ha forjado las raíces de nuestro país. Y el lector que logre asir este texto, abrirá su mente hacia otra rama, hacia la ciencia, y unida a otras conformará un todo, una excelente investigación.

Como joven exponente en este camino de las letras, me enorgullece el tener esta oportunidad para presentar ante ustedes este libro del profesor Zenobio Saldivia, que se suma a sus distintos ensayos para dar cuenta de la naturaleza chilena.[4] Así las palabras del libro que comentamos, responden a la labor de informar, de culturizar pero sobre todo, al placer de plasmarlas para las nuevas generaciones. Gay, Domeyko y Philippi, serán reconocidos desde ahora como exponentes de las letras de la generación de 1837. Esa es nuestra hipótesis y nuestra labor como profesionales de la educación es hacerlo reconocible.

Por tanto, los que hemos leído y estudiado cuidadosamente el texto: La Visión de la Naturaleza en Tres Científicos del siglo XIX en Chile: Gay, Domeyko y Philippi, tenemos el deber de difundirlo, de preocuparnos que no quede estancado en nuestra memoria, colaborando para que sea estudiada por otras generaciones, comprendiendo la importancia de la labor de estos hombres que llegaron a nuestra tierra imbuidos de un paradigma taxonómico y que luego fueron capaces de tomar una pluma, de detener el tiempo para nosotros y mostrar una naturaleza peculiar: los paisajes del Chile decimonónico y sus principales exponentes bióticos e inorgánicos, que Saldivia ha sabido muy bien rescatar de la mirada de estos viajeros. 



[1] Saldivia M., Zenobio: La Visión de la Naturaleza en tres científicos del Siglo XIX en Chile: Gay, Domeyko y Philippi, Instituto de Estudios Avanzados, U. de Santiago de Chile, Stgo., 2003, p. 11.

[2] Goic, Cedomil: La novela hispanoamericana, descubrimiento e invención de América, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso, 1972.

[3] Saldivia M:, Zenobio; op. cit.; pp. 106- 124.

[4] Los lectores interesados en otros ensayos de este autor en esta misma línea de historia de la ciencia, pueden leer: Claudio Gay y la ciencia en Chile (Berríos, M. y Saldivia, Z,), Ed. Bravo y Allende, Stgo., 1995. O La Ciencia en el Chile decimonónico, Ed. Utem, Stgo., 2003, Chile y Darwin. La respuesta al evolucionismo desde 1869, Ril Edit., Stgo. (Latorre y Saldivia), 2015; entre otros.

 

[1] Los lectores interesados en otros ensayos de este autor en esta misma línea de historia de la ciencia, pueden leer: Claudio Gay y la ciencia en Chile (Berríos, M. y Saldivia, Z,), Ed. Bravo y Allende, Stgo., 1995. O La Ciencia en el Chile decimonónico, Ed. Utem, Stgo., 2003, Chile y Darwin. La respuesta al evolucionismo desde 1869, Ril Edit., Stgo. (Latorre y Saldivia), 2015; entre otros.