Art. publicado en: Inter-American Rewiew of Bibliography, Vol. XLVIII, Nº2, OEA., Washington D.C. USA, 1998.
Zenobio Saldivia M.
U. Tecnológica Metropolitana
Uno de los sabios europeos que arribaron al Chile decimonónico de las primeras décadas, es el botánico francés Claudio Gay, (1800-1873). Tras algunas negociaciones en París con el periodista Chapuis, el científico galo llega a Valparaíso a fines de 1828. La obra de este autor es poco conocida en nuestra época. Ello probablemente se deba al hecho de que nuestros historiadores no están obligados a profundizar sobre cuestiones relativas al desarrollo de un cuerpo científico propio, como país; puesto que el énfasis que se espera de ellos, es más bien privilegiar la explicitación de los sucesos sociales y políticos. Y puesto que aún no contamos con historiadores de la ciencia interesados en investigar sobre nuestro propio pasado científico, el aporte de Gay es poco valorado y escuetamente difundido.
Desde una perspectiva epistemológica, sin embargo, es posible identificar a Gay con el proceso de gestación de la ciencia nacional; y no resulta extraño-desde el ámbito de la búsqueda de nuestra autognosis científica- atribuirle un rango epopéyico en la tarea de consolidar la ciencia en Chile. Ello se comprende mejor, cuando se tiene presente que Gay, es el autor de la Historia Física y Política de Chile; una obra de 26 tomos que presenta la totalidad de las especies y animales que conforman el cuerpo físico del país.
Para la realización de la obra en cuestión, contó con el apoyo de las autoridades de la joven República de Chile. Inserto en este marco de interés gubernativo, Gay firma en septiembre de 1830, un contrato con el entonces Ministro del Interior y de Guerra Don Diego Portales, “para realizar la descripción física del territorio nacional”(1). Dicho cometido le obliga a recorrer el país durante varios años, así como también a seleccionar a algunos de sus colaboradores. Entre estos, Pedro Martínez y Francisco Noriega, para la parte de la Historia de Chile; a Mauricio Rugendas, para las ilustraciones; y a Bernardo Cortés, para la recolección del material de interés científico. De este modo, Gay estudia la naturaleza física del país desde Atacama hasta la zona austral. “Doce años demoró Gay en recorrer el territorio y juntar los elementos con los cuales había de escribir la descripción de la naturaleza”(2).
Pero no sólo el gobierno está interesado en esta época, en los conocimientos del botánico francés, también lo están otras instituciones recién nacidas en el Chile Republicano; entre estas, la “Sociedad Chilena de Agricultura y Beneficencia”. Dicha entidad se constituye en 1838 y está dedicada a abarcar nuevos negocios agrícolas, a establecer compañías productivas y al fomento de la ganadería. En sus comienzos, esta sociedad difunde sus principios y las aplicaciones científicas a la agricultura, a través de la revista El Agricultor.Entre los miembros de la Sociedad de Agricultura que deben aprobar los nuevos proyectos, se encuentra Gay, quien más tarde llega a ser integrante de la directiva.
El sabio galo encuentra entre los hacendados miembros de la Sociedad de Agricultura, una audiencia vivamente interesada en sus conocimientos y vasto grupo de amigos que lo respetan y le piden asesoría. Gay parte del supuesto de que la agricultura es la fuente principal de la riqueza de un país, y que independiente de los avatares de toda índole, no se agota jamás. Es por tanto, una de las actividades que reporta los mayores beneficios para la aventura de humanidad (3).
En general, los socios de la Sociedad de Agricultura, comprenden rápidamente los beneficios económicos y la proyección de crecimiento social, que se generaría con la explotación de algunos recursos de la flora y fauna nacional. En rigor, luego de la exhaustiva descripción explicitación de las especies autóctonas, que realiza el sabio francés; la variedad de recursos comienza a hacerse visible y los intereses empresariales se trocan en nuevas formas organizativas, para explotarlos y distribuirlos. Al interior de la entidad, existe la percepción de estar viviendo una época de expansión del progreso y de poseer una riqueza en ciernes. Por ello, no resulta extraño que en 1842, uno de sus miembros exteriorice dicha impresión colectiva, en el protocolo de solicitud de una nueva empresa dependiente de la Sociedad de Agricultura: “Las riquezas naturales que la divina Providencia dispensó a Chile apenas principian a conocerse, al favor de su independencia y tranquilidad, que ha poco tiempo disfruta”(4). La nueva entidad aprobada finalmente, se constituye con el título de “Sociedad Chilena de Industria y Población.
Gay sigue con interés el desarrollo de las tareas de la Sociedad de Agricultura, aún en los períodos en que se encontraba en Francia. En París contacta siempre con hacendados chilenos que le ponen al día de los progresos de la agricultura; sobre todo a partir de 1846, período de grandes transformaciones nacionales. Entre los agricultores chilenos en los cuales Gay se frecuenta en París, están: Juan de Dios Correa, Juan de la Cruz Gandarilla, Manuel Valdés y otros.
En 1858, la Sociedad de Agricultura solicita formalmente al gobierno, que la Escuela de Artes y Oficios fabrique en el país los instrumentos agrícolas. Ello “con el fin de hacer una agricultura más económica y más capaz de sostener la concurrencia que tienden a presentarle la de California y la de Australia” (5).
Gay colabora con entusiasmo en los objetivos de la Sociedad de Agricultura; así, sugiere para el fomento de la ganadería seleccionar la masa de ganado criollo, debido a la dificultad de adaptar nuevas razas más exitosas al clima de nuestro país. Analiza las características de los diversos tipos de trigo y su rendimiento, estudia el sistema de riego y el sistema de acequias y canales; los regímenes de las plantaciones y las formas de cultivo, la crianza y aprovechamiento de los animales, y en general, “todo ese mundo complejo de la vida agrícola en las que fueron las viejas haciendas chilenas” (6).
Muchos de los estudios de Gay, comenzados durante sus primeros años como miembro de la Sociedad de Agricultura, aparecen compilados mas rigurosamente, en la sección Agricultura (2 vol.) de la Historia Física y Política de Chile. La parte Agricultura se publica en París; el primer tomo en 1862 y el segundo en 1865.
Para suscitar una idea de la investigación agronómica de Gay; tal vez el cuadro estadístico adjunto, ayude al lector:
Estado aproximativo del valor de la cuadra de tierra y del rendimiento proporcional de semillas en Chile, 1841
DEPARTAMENTOS |
VALOR CUADRA DE TIERRA |
TRIGO |
FREJOLES |
CEBADA |
MAIZ |
PAPAS |
Copiapó |
200 |
13 |
20 |
16 |
16 |
16 |
Vallenar |
300 |
18 |
14 |
22 |
18 |
30 |
Freirina |
150 |
25 |
20 |
40 |
40 |
20 |
La Serena |
250 |
12 |
18 |
18 |
20 |
12 |
Ovalle |
200 |
12 |
20 |
25 |
60 |
86 |
Combarbalá |
80 |
20 |
20 |
25 |
30 |
86 |
Illapel |
300 |
18 |
20 |
25 |
40 |
30 |
Elqui |
150 |
16 |
20 |
25 |
25 |
18 |
Petorca |
200 |
12 |
10 |
16 |
50 |
11 |
Putaendo |
150 |
18 |
9 |
21 |
30 |
9 |
La Ligua |
125 |
9 |
12 |
10 |
50 |
8 |
San Felipe |
200 |
13 |
10 |
18 |
19 |
11 |
Los Andes |
150 |
21 |
18 |
25 |
30 |
20 |
Quillota |
200 |
11 |
20 |
15 |
50 |
18 |
Santiago |
140 |
20 |
15 |
25 |
50 |
20 |
Casablanca |
136 |
10 |
16 |
13 |
40 |
12 |
Melipilla |
90 |
12 |
15 |
15 |
50 |
11 |
Victoria |
100 |
15 |
12 |
18 |
70 |
20 |
Rancagua |
100 |
16 |
25 |
20 |
60 |
25 |
Valparaíso |
100 |
16 |
25 |
20 |
60 |
25 |
Rengo |
70 |
15 |
12 |
25 |
50 |
20 |
San Fernando |
50 |
10 |
50 |
20 |
50 |
25 |
Curicó |
70 |
20 |
20 |
25 |
40 |
25 |
Lontué |
25 |
20 |
60 |
25 |
60 |
18 |
Talca |
20 |
20 |
20 |
35 |
40 |
20 |
Cauquenes |
5 |
10 |
12 |
25 |
80 |
20 |
Quirihue |
3 |
20 |
15 |
16 |
20 |
10 |
Linares |
8 |
15 |
15 |
20 |
25 |
15 |
Parral |
12 |
20 |
14 |
25 |
30 |
15 |
San Carlos |
12 |
30 |
12 |
40 |
50 |
16 |
Constitución |
12 |
10 |
12 |
20 |
50 |
20 |
Talcahuano |
150 |
22 |
10 |
19 |
70 |
13 |
Puchucai |
4 |
12 |
10 |
20 |
40 |
30 |
Rere |
4 |
10 |
12 |
15 |
18 |
10 |
Laja |
6 |
22 |
15 |
30 |
40 |
25 |
Lautaro |
9 |
10 |
12 |
8 |
14 |
12 |
Coelemu |
7 |
25 |
9 |
11 |
9 |
14 |
Chillàn |
3 |
20 |
12 |
25 |
60 |
8 |
Valdivia |
4 |
10 |
20 |
15 |
25 |
10 |
Uniòn |
5 |
20 |
8 |
25 |
12 |
10 |
Osorno |
1 |
30 |
20 |
30 |
24 |
20 |
Ancud |
1 |
6 |
20 |
7 |
24 |
9 |
Carelmapu |
5 |
9 |
20 |
9 |
24 |
10 |
Chacao |
5 |
5 |
20 |
8 |
24 |
12 |
Quenac |
5 |
3 |
20 |
8 |
24 |
10 |
Calbuco |
5 |
6 |
20 |
5 |
24 |
7 |
Dalcahue |
5 |
5 |
20 |
10 |
24 |
10 |
Quinchao |
5 |
6 |
20 |
10 |
24 |
10 |
Castro |
5 |
5 |
20 |
9 |
24 |
9 |
Lemuy |
5 |
5 |
20 |
8 |
24 |
9 |
Chonchi |
5 |
7 |
20 |
9 |
24 |
13 |
Como se puede apreciar en el cuadro anterior (7), Gay confronta detenidamente el valor de la cuadra de tierra en Chile, en los distintos departamentos del país; así como también el rendimiento por cuadra en los distintos departamentos, con relación a diversos rubros agrícolas. Llama la atención la abundante y oportuna información sobre los rindes en los de departamentos de la isla de Chiloé. Es curioso cómo el botánico francés obtiene información de un lugar tan apartado, e incluso de toda la división geopolítica y administrativa de la época (1841). Nótese que las diez últimas localidades mencionadas, nueve corresponden a la isla de Chiloé (Chacao es la excepción). ¡Realmente sorprendente!, sobre todo si pensamos en lo dificultoso y lento de las comunicaciones de la época. Lo anterior ilustra el sostenido esfuerzo de Gay de dar a conocer la situación de la agricultura en Chile, entre otro de sus aportes.
Gay es uno de los primeros naturalistas del viejo continente que arriba al país, en un período de pasión científica internacional por conocer las peculiaridades del hemisferio sur. El propio Gay expresa años más tarde , su percepción retrospectiva del viaje a Chile: “ Persuadido de lo importante que sería para todas las ciencias naturales un trabajo para esta hermosa parte de América, me decidí a emprenderlo, utilizando así un estudio que desde mi más tierna juventud ha ocupado todos los instantes de mi vida” (8).
La cita ilustra claramente la identificación que hace el botánico galo, entre el crecimiento cuantitativo de la ciencia natural y la investigación en nuestro territorio; así como también muestra una suerte de equivalencia entre su vida personal y su aporte científico. Luego de él vinieron muchos más sabios.
Entre los científicos que llegan a Chile en la época en que Gay está en plena tarea, recordemos al ingeniero en minas Ignacio Domeyko, de nacionalidad polaca. Este sabio llega a Valparaíso en 1837 y al año siguiente se hace cargo de la implementación de la primera Escuela de Minas del país, en la ciudad de La Serena. En 1851 llega el alemán Rodulfo Armando Philippi, doctorado en la U. de Berlín; quien se hace cargo de la Dirección del Museo de Historia Natural, para continuar la tarea allí iniciada por Gay. Al año siguiente arriba Christian Ludwig Landbeck, con estudios de economía política, agricultura y ciencias forestales, en la U. de Tübingen. En 1864 pisa suelo nacional el naturalista inglés Edwyn C. Reed, contratado por el Museo de Historia Natural para clasificar colecciones de entomología (9).
Lo anterior, ilustra el deseo manifiesto de muchos miembros de las comunidades científicas europeas, por conocer la pluralidad de especies naturales de este rincón del mundo. Algo similar ocurre también en el país; podría decirse que entre los hombres ilustrados y cultos de las décadas del 30 al 60 del Chile decimonónico, hay una ansiedad por la propia autognosis del cuerpo físico. Ello es comprensible si se piensa que luego de la independencia política y del lento abandono de las estructuras de dominación, los chilenos se sienten poseedores de una naturaleza pródiga, pero no totalmente conocida por ellos mismos. Los hombres más cultos perciben la falta de un diagnóstico exhaustivo del territorio físico. Tender hacia la satisfacción de esta necesidad histórica y política, es el camino científico elegido por Gay.
La contribución del naturalista galo, es doblemente significativa. Por una parte, con su sistemática labor taxonómica de identificación y clasificación de especies zoológicas y vegetales, logra presentar e introducir lo específico de nuestro mundo orgánico, dentro de los cánones de la ciencia natural europea. Con ello, desde el punto de vista epistemológico, consolida una larga tarea metodológica que consiste en encontrar nuevas formas de presentación discursiva dentro de la ciencia decimonónica, para incorporar lo particular; lo propiamente vernáculo. Esto es, traer a presencia nuevos objetos dignos de estudio para las ciencias de la vida, dejándolos definitivamente decantados como existentes peculiares dentro del todo de la ciencia natural consagrada. Chile se inserta así, a través de la explicitación de sus formas vivientes, en el marco de la ciencia universal.
Por otra parte, la contribución de Gay es decisiva para la obtención de nuestra autognosis científica. La posterior puesta en marcha de un proyecto abarcador de nación, pasa previamente por la clasificación de la flora y fauna del país, que realiza el sabio galo. Luego del conocimiento del cuerpo físico de Chile, la aplicación científica para la búsqueda de soluciones técnicas, viene de suyo. De este modo, la obra de Gay queda inserta en el marco de una tarea iluminista y positivista para la construcción del país. Esto es, el romanticismo hacia la naturaleza y la utilidad de la misma, apretada en los hombres científicos de nuestras especies biológicas, queda decantada ya en Occidente. En este contexto, Gay y los miembros de la Sociedad Chilena de Agricultura apuntan al desarrollo del progreso y a la incorporación del país de la modernidad. Una de las formas de lograrlo, es fomentando una incipiente agroindustria que con los recursos de los socios y la asesoría de Gay, va mostrando sus gérmenes productivos en el ex Chile colonial.
Bibliografía
1.- Feliú Cruz, G.: Claudio Gay, historiador de Chile, Ed. del Pacífico, Stgo., 1965, p. 11.
2.- Ibídem.
3.- Cf. Gay, Claudio: Historia Física y Política de Chile, Secc. Agricultura, Tomo I, Impr, E. Thunot y Cía., Paris, 1862, p. 1.
4.- Proyecto presentado a la “Sociedad Chilena de Agricultura y Beneficencia”, por uno de sus miembros y aprobado por ésta, Stgo., 30 de Sept. de 1842, Impr. Liberal, p. 1.
5.- Gay, Claudio: Historia Fìsica y Política de Chile, op. cit., p. 225.
6.- Feliú Cruz, G.; op. cit., p. 97.
7.- Tomado de Gay Claudio, op. cit., p. 285.
8.- Gay, Claudio: Viaje científico, (prospecto para la Historia Física y política de Chile ), 1841, Stgo., Impr. y Litografía del Estado, p.2.
9.- Cf. Menéndez C. et al.: Museo Nacional de Historia Natural, Ed. Dirección de Bibliotecas, archivos y museos Stgo., 1983, p. 30.
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