Zenobio Saldivia Maldonado
Resumen
Se presentan tres tesis como modelos teóricos posibles para orientar la educación de la enseñanza media en los países latinoamericanos: La educación como sistema de equilibrio entre requerimientos, como sistema organizado para la adquisición del conocimiento nuevo, y como sistema sociocultural con énfasis axiológico. En este contexto se analizan los méritos, falencias y proyecciones de cada una de ellos, en el supuesto de una aceptación de las mismos como ejes conductores de la praxis educacional en el nivel señalado.
¿ Dónde se halla la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento, dónde se halla el conocimiento que hemos perdido con la información ? (T. S. Eliot)
Si nos ponemos a pensar en las características de la educación en el siglo XXI que se inicia, no podemos dejar de tener presente el contexto social, científico-tecnológico y cultural, en el cual la educación como sistema deberá desenvolverse. Situados desde esta perspectiva, la primera nota relevante que ya es posible visualizar en las postrimerías del siglo veinte; es la fuerte influencia que ejercen las conquistas tecnológicas y los resultados científicos en general, en las aspiraciones de los sujetos y en la aparición de conductas más permisivas que manifiestan los mismos al interactuar entre ellos. “ Nuestro tiempo se siente conmovido por los enormes cambios experimentados en el campo de la ciencia y la tecnología, hasta el punto que no existe posibilidad de ignorarlos por el reflejo que tienen en la proyección de los hábitos y costumbres de la vida social.” (1) La ciencia ha arribado a todas las esferas de la interacción humana. Ello ha provocado profundos cambios en las costumbres y en las valoraciones individuales y colectivas.
El sistema educacional por su parte, ha reaccionado frente a esta revolución tecnológica – avasalladora y expansionista – . Sin embargo, tal reacción, fuera de posibilitar un mayor nivel de conciencia de los integrantes del sistema para determinar ciertas dificultades internas, o de avanzar en el terreno de la identificación de los nuevos factores exógenos entorpecedores; parece no haber introyectado un cambio efectivo y substancial. Lo que sí, ha logrado un consenso, es la percepción de que los métodos tecnológicos y computacionales, deben incorporarse al sistema educacional, en todos sus niveles. Es decir,
Se parte del a priori de la superioridad de los medios por sobre la eficacia del docente en tanto persona. Todos aspiran a encontrar nuevos métodos, nuevas tecnología educacionales, nuevos instrumentos de apoyo al proceso enseñanza-aprendizaje. Este parece ser el punto de partida en la educación del siglo XXI. ¿No estaremos olvidando el factor de la riqueza humana como fuente de nuevos posibles? Lo anterior se comprende mejor, si tenemos presente que el quehacer educacional no sólo es una instancia de una simple instrucción o de entrega de información que puede ser facilitada por los medios; pero es también una instancia dialógica, compleja, que también es diferente a cualesquiera otra praxis humana; ello porque debe contribuir al crecimiento de los individuos en diversos planos. Entre estos; el cognoscitivo, el valorativo y el fomento de la socialización de las personas
En rigor, la historia de nuestro sistema educacional como país independiente, presenta diversas innovaciones curriculares y programáticas observables en casi todas las décadas; principalmente a partir de mediados del decimonono.(2) Empero, tales ajustes parecen no haber tomado adecuadamente los planos de la tríada mencionada y el sistema ha continuado en una crisis permanente. Antaño, era la escasa cobertura hacia los sectores de bajos ingresos; ahora, la búsqueda de una dinámica más operativa en el aula; otrora, el desconocimiento de una psicología evolutiva de la inteligencia; ora, la necesidad de implementar estrategias más motivadoras… y así sucesivamente.
Ahora bien, puesto que sobre las carencias ya hay abundante información; en este ensayo se focaliza la atención en la fundamentación de ciertas tesis que se estima pueden ser de interés, para los responsables de la construcción del marco teórico que busca potenciar nuestra educación en Latinoamérica.
TESIS l : “ La educación, un modelo que pretende alcanzar un equilibrio entre los requerimientos cognitivos, culturales y políticos por un lado; y el crecimiento económico y el desarrollo social, por otro”
Desde esta perspectiva, la educación se nos presenta como un sistema institucional; de carácter teórico-práctico, autorregulable, constructivista y de amplia cobertura social. Es regulador e incrementante de sus propias estructuras; principalmente porque el mismo selecciona las instancias administrativas y operativas, más adecuadas para la optimización del proceso enseñanza-aprendizaje. Y lo propio se puede sostener, porque reforma los aspectos curriculares, programáticos y metodológicos, en vistas a un mayor dinamismo del sistema como un todo, y en vistas a la obtención de resultados más exitosos. “ La institución educativa primero, selecciona el conocimiento y lo agrupa en una serie de paquetes de acuerdo con lo que vale la pena enseñar; segundo, la institución educativa proporciona los medios y recursos para que esos conocimientos sean aprehendidos y comprendidos y, finalmente, la institución educativa aplica las condiciones pedagógicas necesarias para asegurar que esas “cosas” o paquetes sean aprehendidos y comprendidos.”(3)
En este contexto autopoiético, los incrementos cualitativos esperados se pueden apreciar periódicamente, al confrontar el producto educacional inmediato (los resultados educacionales en los distintos niveles ), ( A ), con los índices de mayores logros en el plano económico y social del país, ( B ). Si no hay una equivalencia significativa de incremento, entre los niveles A y B, el sistema educacional se encuentra en desequilibrio momentáneo. Y el mismo vuelve a reactualizarse con otras reformas teóricas, programáticas u operativas, que permitan alcanzar el equilibrio en cuestión. La educación presenta así, en todos los niveles; un hilo conductor dentro de su marco teórico, que se identifica con la satisfacción de necesidades productivas en expansión y con una transformación del medio, relativamente controlada en sus efectos inmediatos. La tarea educativa aquí se amalgama con un objeto político: alcanzar el status de país desarrollado.
Lo anterior, trasunta un télos positivista y pragmático, que promueve la aceptación de las metas educacionales vinculadas a la búsqueda del progreso; así como la obtención de consensos en el plano político. En efecto, que la consecusión del desarrollo sea una finalidad importante del proceso educativo, es una meta percibida como positiva por la mayoría de los sectores de la vida pública. En el plano individual, los sujetos estiman que el desarrollo trae aparejado la eliminación de la pobreza, un mayor acceso al consumo, a la demanda de bienes y servicios; en síntesis, a una mejor calidad y expectativa de vida. A su vez -como país- alcanzar el desarrollo significa adquirir una mayor significación internacional y un robustecimiento político frente a los países del Hemisferio Norte. Ello posibilita también, arribar a los mercados internacionales con productos que posean un mayor valor agregado; por ende, significa contar con el respaldo de una innovación tecnológica reflejada en una cifra mayor del 2.0% del P.G.B.
Por tanto, la educación concebida como una forma de equilibrio incrementante, entre los requerimientos cognitivo-políticos y las necesidades sociales y el crecimiento económico; pasa a ser una tarea nacional. Demanda así, un proyecto colectivo previo, un esfuerzo teórico y político que compromete la participación de diversos personeros vinculados a la producción y al mundo empresarial e industrial. Y por otro lado, también requiere del conocimiento y participación de los hombres más relevantes del plano político y cultural; así como también de los que están ya insertos en la educación.
En la práctica, desde la perspectiva gnoseológica; buscar el equilibrio en el sistema educacional es equivalente a la obtención de nuevas estructuras cognitivas en los distintos campos del saber, que sean más prontamente aplicables a los procesos productivos e industriales. Se estima que al alcanzar estas nuevas estructuras, se supera un desequilibrio momentáneo y se generan de suyo, los elementos cualitativos para posteriores crecimientos cognitivos dentro del sistema y su exteriorización hacia las instancias productivas; y así hasta nuevas re-equilibraciones… la educación entonces, a partir de las tesis de la equilibración; actúa como un mecanismo institucional que regula la búsqueda del conocimiento y el ideario del espectro político por una parte; y la satisfacción de las demandas provenientes del medio productivo y social, por otra.
En cuanto al ideario político, el sistema educacional privilegia entre otros ideales, los siguientes: las formas democráticas de convivencia, el respeto a la institucionalidad, la aceptación de la voluntad popular mayoritaria y el respeto a los derechos humanos en general. En una palabra; el sistema está para estimular y generar formas de convivencia democrática y para sustentar la racionalidad en todas sus expresiones. Ello evita la tentación de señalar caminos que fomenten el desorden social, el quiebre de la institucionalidad, o la primacía de la violencia como medio de acción política. Sustentar lo contrario, sería equivalente a proponer un desequilibrio radical entre la obtención del desarrollo y el natural dinamismo social. Por tanto, en términos políticos, la tesis mencionada busca desde la educación, la resolución de los conflictos por la vía pacífica y democrática; fomentando así una evolución constructivista de libertades adquiridas. Esto es, que los sujetos inscritos masivamente en el sistema; al conocer y disfrutar las libertades básicas, quedan en mejor disposición psicológica, axiológica y social, para avanzar hacia nuevas conquistas democráticas; tanto para sí mismo como para la comunidad.
Empero, como todos los modelos; éste, que busca la equilibración contínua entre educación y sociedad -al traspasar el nivel teórico y alcanzar el plano ontológico- presenta algunos desafíos inmediatos. Uno de ellos y que está en su génesis misma, es alcanzar el consenso de los espíritus. Esto es, llegar a un acuerdo de las distintas subjetividades vinculadas por una parte a la producción, y a la cultura por otra; en torno ya no a la obtención del desarrollo ( en abstracto ), sino a los pilares teóricos específicos, en los que debiera sustentarse el sistema educacional, para alcanzar la situación de equilibración dinámica y flexible esperada. Ello, de suyo no es una barrera infranqueable; pero requiere una voluntad manifiesta de alcanzar el desarrollo, por parte de los más preclaros hombres que tengan ingerencia y opinión en la esfera de la cultura y la producción nacional. Otra dificultad que probablemente se suscitaría, y que afectaría principalmente a los maestros, es el de la recomposición y desarrollo curricular dentro del sistema. Es decir, encontrar los contenidos cognitivos, afectivos y motrices, y formular los objetivos generales que sean los más pertinentes para la obtención del ideal del equilibrio incrementante; entre las dos caras del hombre contemporáneo. Estas son, la necesidad de alcanzar el progreso material por un lado, y la introyección vivencial del espíritu democrático y el disfrute y recreación de la cultura por otro.
En otro plano, está también, el inconveniente de la operacionalización y expansión del modelo en todos los niveles del sistema. En este sentido, es probable que a la hora de ampliar y proyectar estas nociones en las mallas curriculares; se aprecie una polarización entre los que privilegian la marcha del sistema asentado principalmente en la práctica, y los que postulan la primacía de la teoría. Esto es, entre los representantes de dos tendencias opuestas, en cuanto a concebir la educación del hombre del siglo XXI; los exponentes de una vieja discusión que se remonta hasta la época de la ilustración. “La separación entre la teoría y la práctica sólo da lugar al desorden; porque una educación incompleta no origina sino prejuicios, ideas falsas, las cuales al ser sostenidas por cada individuo, dan lugar a la discordia. Son estos hombres de incompleto, los teóricos y los prácticos, los que están en contra del progreso.”(4)
Tales dificultades sin embargo, son referentes teóricos tan importantes para considerar, como los méritos que puede ofrecer un modelo así sustentado; un modelo que busca el equilibrio entre la base material y las estructuras ideológicas, entre el cuerpo y el espíritu.
TESIS II : “ La educación, un sistema organizado socialmente, para aprehender y difundir lo más ampliamente posible, el conocimiento nuevo y sus beneficios”
Para comprender el alcance de la tesis mencionada, entiéndase por conocimiento nuevo, lo siguiente; el conjunto de adquisiciones cognitivas que derivadas de las últimas investigaciones científicas de punta, está produciendo actualmente una revolución tecnológica con consecuencias económicas, sociales y políticas, altamente significativas. Lo precedente, incluye por ejemplo: las transformaciones en los procesos productivos, en las técnicas que utilizan la capacidad que posee el material genético ( ADN ) extraído de las células para combinarse con otras, las aplicaciones de la bioingeniería en general, los nuevos usos de la cibernética y de la información, entre otros. Pero por sobre todo, lo más relevante del conocimiento nuevo; es tal vez, la presentación distinta que adquiere el saber en general -que como mercancía informacional- pasa a ser indispensable para la potencia productiva y para la competición mundial por el poder.(5)
Un ejemplo que ilustre lo expuesto, es posible tomarlo del campo de la biotecnología. A partir de la gestación de conocimientos tendientes a la transformación de recursos naturales específicos, las grandes industrias internacionales están afectando la economía de los países exportadores; v.gr., la industria Searle-Monsanto, tiene asegurado ya un mercado de más de mil millones de dólares, para el producto espartamo ( una substancia edulcorante ) que reemplaza al azúcar. (6) En este contexto, se comprende por tanto, que los países exportadores de azúcar ( El Caribe y Filipinas ) hayan visto caer anualmente sus exportaciones de azúcar en casi dos tercios menos de lo que habitualmente exportaban.
Ante estos cambios ocasionados por los países que concentran la gestación del conocimiento nuevo; nuestro sistema educacional requiere de un cambio apropiado, para contribuir a configurar un perfil competitivo de los futuros científicos que necesitamos, y no tener que esperar que recién en la universidad conozcan la parsimonia del trabajo científico. En rigor, el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere para tal cambio -desde el punto de vista del profesorado- contar con una nueva mentalidad en lo referente al desarrollo de estrategias cognitivas generadoras de conocimientos. La puesta en marcha de un modelo educacional, centrado en la tesis II, pasa necesariamente por dos reformas básicas dentro del sistema: un giro metodológico radical y una percepción epistemológica más pragmática, en cuanto a la búsqueda y selección del conocimiento y sus resultados más inmediatos.
El Viraje Metodológico
Tradicionalmente en el aula, la estrategia cognitiva más empleada, ha sido la clase expositiva, y si bien ella tiene sus méritos, posee también varios inconvenientes; entre estos, el excesivo verbalismo del profesor y el hecho de que los alumnos permanecen pasivos. Ello viene seguramente de otros períodos histórico-educativos, en los cuales se consideraba al alumno como un sujeto incapaz de utilizar su capacidad racional y su experiencia personal, para la búsqueda espontánea del conocimiento.
Actualmente la psicología evolutiva -hace ya varias décadas- ha dado cuenta del dinamismo de las estructuras intelectuales del niño y de las características de la inteligencia; en los distintos estadios de su desarrollo, hasta arribar al pensamiento formal. “ Los métodos nuevos sólo se han construido verdaderamente con la elaboración de una psicología o una psicosociología sistemática de la infancia; la aparición de los métodos nuevos data, por tanto, de la aparición de esta última.”(7) Esto ha posibilitado en los círculos pedagógicos, la aceptación de una noción de inteligencia más amplia, que se remonta hasta el período sensoreomotríz del niño y se extiende a todas las facetas del pensamiento formal; por lo cual, los métodos activos en el aula, pasan a ser mejor entendidos y aplicados. La convicción de que en el aula, la estrategia tradicional de la clase expositiva debiera emplearse cada vez menos, no sólo es una consecuencia de la difusión de los conocimientos aportados por la Teoría Evolutiva de la Inteligencia; sino que obedece a una realidad actual del alumno, social y psicológicamente distinta.
Lo primero, porque el estudiante vive de facto en un mundo socialmente complejo y altamente tecnologizado. En este medio, la nota característica es el cambio permanente, como resultado de las nuevas tecnologías; ello significa que el joven se desenvuelve en torno a veloces situaciones sociales, y junto a diversos aparatos que le reportan continuamente contenidos cognitivos asistemáticos. Entre estos, recuérdese por ejemplo; la T.V., el cine, los videos, los cassettes, las revistas, los ordenadores y los juegos electrónicos. Todo ello ha significado que el estudiante esté habituado a una recepción más inmediata de las diversas formas operativas y figurativas del conocimiento, y que por ende; espere una enseñanza formal más dinámica y mucho más acorde con el enorme rango informativo que cubre los medios tecnológicos del mundo exterior a las aulas.
Por su parte, la realidad psicológica individual, en cuanto al comportamiento del educando en el proceso de enseñanza-aprendizaje ( independientemente de la experiencia personal del alumno y de la teoría del aprendizaje que se emplee ); muestra actualmente una cierta uniformidad en la conducta. Esto es, que a la mayoría de los estudiantes les cuesta más permanecer pasivos prestando atención al desenvolvimiento de la clase expositiva. Probablemente por ello, los profesores se quejan frecuentemente señalando que “ los alumnos actuales quieren todo listo “, o que estos “ están acostumbrados a no pensar por culpa de la T.V.” y otras expresiones similares. Luego, la forma de vida cada vez más acelerada de nuestra época, los estímulos comunicacionales asistemáticos y el desarrollo tecnológico en general; parecen ser algunos de los factores que han contribuido a formar en el alumno una psiquis más despierta, o a manifestar conductas más inquietas en el aula.
Por tanto, la internalización y operacionalización de una noción de educación centrada en la búsqueda del conocimiento nuevo, requiere de un giro metodológico dentro de la marcha del sistema. De lo que se trata entonces, es de trocar la clase expositiva, por la constitución de grupos cursos interesados en buscar y aprehender los conocimientos provenientes de las distintas disciplinas insertas en los currícula. “ A la larga, la política educativa no ha de poder cerrar los ojos frente a este difícil trabajo de reforma. En mi opinión, ha llegado el momento en que, al hacer un balance de sus éxitos, un Ministro de Educación no señale cifras y certificados de aprobación, sino que en el área bajo su responsabilidad hay cinco escuelas en las cuales cinco días por mes los seres humanos pueden hacer experiencias sin la presión de las materias, las notas y el tiempo y puedan penetrar en común en el campo que estudian.”(8)
La cita anterior, ilustra un mecanismo posible de aplicar y hacer extensivo en nuestro sistema educacional: potenciar las experiencias de interacción cognitiva, en base a proyectos creados colectivamente por cursos, o agrupaciones de alumnos de un mismo nivel y sus profesores. Ello permitiría el logro de destrezas que fomenten la investigación científica en los educandos, y además, facilitaría la tarea de obtener el conocimiento nuevo. Por otra parte, desarrollaría un sentimiento de agrado y respeto por el trabajo en equipo; en virtud de la participación desde su génesis, en un proyecto colectivo. En cuanto al profesor; es altamente probable que en este contexto, los alumnos lo perciban como un eficiente coordinador de experiencias cognitivas, más que un sujeto transmisor de paquetes de información provenientes de una cultura anterior.
Percepción Epistemológica Pragmática
Desde la perspectiva de una comprensión global del conocimiento y del conocimiento científico en especial, cabe destacar que un intento de implementación de la Tesis II, en el sistema educacional; pasa por una nueva forma de entender la función del conocimiento en la sociedad y por la búsqueda de criterios no tradicionales para seleccionar los corpus teóricos dignos de enseñarse a los educandos. El conocimiento puede ser entendido en este modelo, como un proceso de interacción sujeto-objeto que reporta algunas novedades o un cierto resultado específico. Y tales resultados no están alejados de las necesidades del medio social o cultural; por tanto, la conquista cognoscitiva está aquí al servicio del marco social, de los requerimientos empresariales e industriales, o de las comunidades científicas en especial. El conocimiento se identifica en este contexto con una aplicación sobre el medio; y por ende, con la transformación en general.
Desde el punto de vista de la creatividad intelectual del profesor; generar conocimiento nuevo, sugiere la apropiación definitiva de dos nuevos roles: el de sintetizar y crear contenidos gnoseológicos. Lo primero se aprecia por ejemplo, al seleccionar y desarrollar los contenidos más relevantes de su disciplina. Es decir, al explicitar los hilos temáticos que sean básicos para la comprensión de una gran gama de temas cognitivos, y que estos a su vez, sean potencialmente grandes generadores de nuevos conocimientos específicos y de aplicaciones tanto novedosas como significativas. Lo segundo, es posible de apreciar por ejemplo, cuando el profesor conjuntamente con el grupo curso; plantea, sugiere y estimula a sus alumnos para que arriben a la adquisición de estos grandes hilos conductores o “ contenidos integradores “ de su disciplina, y a partir de los mismos, generen investigaciones novedosas. Esto es, llegar a la gestación del conocimiento nuevo, por la vía de la aplicación extensiva de los contenidos temáticos integradores seleccionados; materializando así el tránsito de lo probable a lo real. Conducir al estudiante por el camino de las transformaciones cognitivas puramente probables, hasta la manipulación e interacción de nuevos observables; es lo medular del rol creador del maestro.
Lo anterior, facilita la tarea de insertar los dossier de contenidos integradores, seleccionados conjuntamente por el profesor y sus discípulos de un nivel determinado; en un flujo cognitivo, colectivo y emergente. Empero, dicha labor, requiere que el mismo criterio epistemológico sea empleado por los educadores que profesan las distintas disciplinas; así como también, que el rol de profesor creador sea desempeñado uniformemente en cada nivel en cuestión. Orientado así el sistema educacional, es factible que deje atrás la tradicional ruptura epistemológica que aún se presenta en la marcha del mismo. Ello alude a la divergencia de expectativas cognitivas entre la intitución educacional y el marco social. En efecto, los profesores enseñan preferentemente los contenidos con los cuales han sido familiarizados durante su formación universitaria. Sin embargo, en muchos casos; tales contenidos ni siquiera eran considerados conocimientos de punta en los años de la formación universitaria de nuestros actuales maestros. En este ámbito de cosas, frente a una juventud que está inserta en un mundo de grandes cambios científico-tecnológicos, sociales y políticos; se sitúa como oferente para la satisfacción de las necesidades intelectuales de los educandos, un sistema que les reporta contenidos extemporáneos y poco motivadores. Extemporáneos, porque están muy atrás de lo que el estudiante percibe como propio de los resultados de las investigaciones de cada disciplina; poco motivadores, porque los alumnos no tienen participación en la elección cognoscitiva, y por ende, tampoco hay compromiso emotivo.
Superar el rol del profesor meramente repetidor de conocimientos, por una parte, y revertir la ruptura epistemológica, por otra; son los objetivos principales de la puesta en acción de un modelo educativo basado en la Tesis II.
TESIS III : “La educación; un sistema sociocultural para la formación de personas con una mayor integración cognitiva y axiológica”
Desde esta perspectiva, la educación se presenta como una instancia administrativa, social y cultural; que en el plano de la percepción intelectual de los educandos, aspira a lograr la integración del saber, con un marcado énfasis en la formación axiológica. El desarrollo de una línea teórica de esta naturaleza, dentro del sistema que nos interesa, pasa por una serie de orientaciones y tendencias que bien podrían sintetizarse en la explicitación de dos de sus notas relevantes: La búsqueda y obtención de la interdisciplinariedad en las distintas formas de apropiación y desarrollo cognitivo de maestros y discípulos. Y en el fomento sistemático de tareas conducentes a superar la actual escisión de la cultura (ciencia versus humanidades).
La Interdisciplinariedad
Por interdisciplinariedad, podemos entender la integración conceptual y operativa, que va más allá de cada disciplina y que tiende a la obtención de una visión más unitaria del saber. Esto sugiere una voluntad manifiesta de los profesores para concebir el proceso enseñanza-aprendizaje como una labor cooperativa; es decir, de una organización eficiente de los maestros para adecuar e integrar los tópicos relevantes de las distintas disciplinas, antes y durante la aprehensión de los mismos en el aula. Lo anterior, compromete los mejores esfuerzos de acercamiento entre los docentes, para aceptar la idea de que el conocimiento es un proceso de interacción sujeto-objeto que reporta novedades en el plano endógeno del sujeto y ciertos cambios exógenos; y no una facultad exclusivamente abstracta del ser humano. Por tanto, se comprende que dicha interacción es posible también de generarse en diversos grupos de educadores, organizados interdisciplinariamente y de acuerdo a ciertos compromisos básicos. Entre estos, los asumidos con los alumnos para el análisis de tópicos integradores y significativos; como así también los asumidos por los profesores con sus pares, para converger en el desarrollo de determinados puntos cognoscitivos neurálgicos, en cuanto a su importancia como hilos temáticos conductores del devenir científico, tecnológico y cultural.
Focalizar la atención del sistema educacional en torno a la Tesis III, significa aceptar que la cooperación interdisciplinaria se da ya como un factum en el marco social; especialmente en el desempeño de numerosas actividades profesionales, en las comunidades científicas, en las universidades, en entidades gubernativas y otras. Piénsese por ejemplo, en el momento de construir una gigantesca represa; aquí se puede apreciar el trabajo en equipo de geólogos, ingenieros, sociólogos, especialistas en ecología, topógrafos, cartógrafos y técnicos diversos.
Lograr ciertos niveles de interdisciplinariedad ya en la enseñanza básica y media; requiere por cierto, de una readecuación de las actividades de aula, privilegiando el trabajo de grupo por sobre la competencia individual. También resulta prioritario una atinada consideración de lo posible, en cuanto a la aprehensión cognitiva, según los distintos niveles del desarrollo de la inteligencia infantil. Modificaciones en esta dirección, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, facilitan la reproducción de destrezas y la aplicación de conocimientos específicos; pero también aseguran una forma de aprendizaje más abierto a las distintas expresiones del conocimiento. Y tal vez lo más significativo, es el hecho de que en las actividades interdisciplinarias, el conocimiento no sólo se aprehende y aplica, sino que se hace progresar al conectar los distintos campos del saber que tradicionalmente han estado aislados. Por tanto, encausar el sistema educacional por la vía de la interdisciplinariedad, es una mejor forma de cumplir con lo que la sociedad espera del mismo; una adecuación entre teoría y realidad.
Para alcanzar dicho propósito de adecuación, el sistema requiere previamente participar de un proceso global de reestructuración. Esto es, en el plano teórico; reformular los objetivos, planes y programas de la enseñanza básica y media, en vistas a una aprehensión más integral de la cultura y las ciencias. Y en el plano administrativo; emplear nuevos criterios operativos, que consideren el trabajo en equipo de los docentes y las instancias de diálogo interdisciplinario, como parte de su carga normal de actividades laborales. Se estima que en este contexto, los profesores pueden lograr acciones colectivas que permitan efectivamente la integración cognitiva en la percepción intelectual de los educandos. Lo fundamental -desde el punto de vista operativo- es que en cada establecimiento educacional, se formen pequeños equipos de maestros que enseñen a partir de sus disciplinas, ciertos temas consensuados entre ellos y los alumnos. En la práctica, esto se traduce en el desenvolvimiento explicativo de algunos nudos temáticos relevantes de nuestra cultura, enfocados interdisciplinariamente por los docentes.
A manera de ilustración, piénsese por ejemplo, en una situación en que a comienzos del semestre los alumnos del último año de enseñanza media de un liceo X, deciden estudiar los orígenes históricos-filosóficos de la teoría de la gravitación universal; ello con la aceptación del profesor de física y de filosofía del establecimiento. El primero, da cuenta de conceptos físicos tales como inercia, fuerza, masa, movimiento relativo, movimiento absoluto y otros aspectos específicos; así como también explicita diversas aplicaciones físico-matemáticas de la teoría en cuestión. El otro profesional, aborda los fundamentos de la física teórica del siglo XVII y analiza el rol de Newton, en el contexto científico y metodológico de su tiempo. Para la elucidación de los contenidos implícitos de la unidad, se puede recurrir: a algunas clases colegiadas, a la presentación de un video sobre historia de las ciencias en el siglo decimoséptimo, y, a una clase-foro, con la participación de uno o más docentes de otras disciplinas, además de los profesores ya considerados. Y luego, a manera de colofón, los propios estudiantes inician una fase de planeamiento y desarrollo de un set de trabajos experimentales, en colaboración con el profesor de física.
Actividades análogas pueden desarrollarse en los distintos niveles del sistema, con la adecuada orientación y planeación colectiva de los maestros y sus discípulos y de los primeros con sus pares. Con esta forma de trabajo pedagógico, se estima que se está más cerca de lograr dos objetivos inmediatos; por una parte se construye un puente – metodológicamente hablando – para una apropiación más cohesionada del conocimiento y de la cultura en nuestros jóvenes. Y por otra, se prepara a los educandos para la exigente labor profesional y científica de los próximos años; toda vez que se vislumbra en nuestra sociedad, cada vez con más fuerza, la necesidad del trabajo interdisciplinario, y “ porque en la estructura actual de las ciencias surgen necesidades de comprensión que fundamentan la gestión interdisciplinaria del mundo.”(9)
La Escisión de la Cultura
Muchos autores del campo de la epistemología y de la literatura, han planteado que la cultura occidental contemporánea está escindida en dos frentes antagónicos: la cultura científica y la cultura humanista. Tal separación es el resultado de un proceso histórico y social de bifurcación de intereses cognoscitivos, que se consolida con la mediatización de la institucionalidad política y educacional. Desde el punto de vista del marco social; dicho fenómeno se manifiesta en los estilos de vida, en las valoraciones y actitudes diferentes que asumen frente a la cultura, los sujetos en cada campo. Así, los científicos llegan a poseer un gran dominio lógico-matemático y una clara comprensión de los principios científicos, que se manejan en las distintas disciplinas vinculadas a la especialidad de los mismos. Por su parte, el humanista, llega a adquirir abundantes conocimientos de las obras clásicas; v. gr., las de literatura griega y latina. También alcanza un dominio sobre los planteamientos de muchos filósofos tradicionales, y un cierto conocimiento sobre los clásicos hispanos, ingleses y franceses.
Lo anterior, agudizado por la diferenciación y la alta especialización que buscan los sistemas educacionales del mundo occidental, ha generado dos cuerpos axiológicos distintos. “ Los intelectuales literarios en un polo, y en el otro los científicos, y como más representativos los físicos. Entre ambos polos, un abismo de incomprensión mutua; algunas veces ( especialmente entre los jóvenes) hostilidad y desagrado, pero más que nada falta de entendimiento recíproco. Tienen una imagen singularmente deformada y falseada los unos de los otros.”(10)
Ahora, si proyectamos esta situación en los niveles que ofrece nuestro sistema educacional; debemos reconocer que también hay aquí, mecanismos efectivos de acercamiento entre ambas expresiones de cultura. El desafío es por tanto, lograr que el proceso de enseñanza-aprendizaje promueva y ejecute actividades interdisciplinarias. Empero, más que los medios de infraestructura, los mecanismos administrativos o las actividades específicas de aula, orientados hacia la convergencia e interacción interdisciplinaria; importa obtener y desarrollar un cierto corpus axiológico o valorativo, con el cual se identifiquen mayoritariamente los distintos exponentes de las disciplinas hoy confrontadas en nuestra sociedad.
Al respecto, señalar algunas directrices valorativas que conformen dicho cuerpo teórico; es probablemente lo más relevante y prioritario de un supuesto modelo educacional inspirado en la Tesis III. Ahora bien, puesto que elucidar tales directrices es una magna tarea, casi equivalente a sintetizar la sabiduría acumulada en el plano de las ciencias, de la convivencia social y de la expresión espiritual de nuestros pueblos; en este ensayo sólo se sugieren algunas pautas normativas para encontrar el marco axiológico adecuado. Entre estas, podrían considerarse las siguientes:
– Respetar la vida del ser humano en todas sus expresiones; ello como norma básica de supervivencia de la especie y como expresión de nuestra mayor hominización alcanzada.
– Privilegiar los fines del espíritu sobre los medios tecnológicos; toda vez que nuestra cultura actual está en condiciones de implementar los medios artificiales cada vez más asombrosos en el ideario tecnológico, pero no siempre esenciales en el ideario humanista.
– Retomar la noción de sabiduría como forma de realización de vida espiritual, para evitar confundirla con el incremento puramente cuantitativo de conocimientos específicos de un individuo o comunidad.
– Asegurar la integración de la cultura, evitando la depredación de unas ciencias sobre las otras.
– Desarrollar paralelamente tanto el conocimiento para el crecimiento económico y material, como también el crecimiento de la inteligencia y del espíritu.
– Considerar la ciencia, sólo como una forma más de racionalidad. Ello obliga a tener presente que otras formas cognitivas; tales como la filosofía, la literatura, el arte, e incluso la religión, son también expresiones de racionalidad.
– Generar en nuestra cultura espacios para la crítica, para la búsqueda de sentido de la vida personal y para una hermenéutica globalizante de las producciones científicas y tecnológicas contemporáneas.
Luego de una elucidación en profundidad de las III tesis mencionadas, es posible colegir que si bien las mismas pueden servir como núcleos de modelos teóricos independientes, dentro de una propuesta educacional para muchos países de América Latina; son enfoques que se complementan en sus principales aspectos teóricos. La diferencia estriba principalmente, en cuanto al énfasis aglutinador que asume una categoría conceptual por sobre las otras, para hegemonizar el sentido y la operatoria del sistema educacional en todos sus niveles.
Apuntar hacia la generación de nuevas ideas, para la obtención de un sistema educacional más acorde con los requerimientos de una sociedad ya inserta en el siglo XXI, ha sido la motivación del autor de esta comunicación..
Notas
- “Conferencia sobre Ciencia y Bioética ”; Eduardo Morales Santos (Rector de la Universidad de Santiago de Chile) USACH., Stgo., Mayo 1992.
- Cf. Berríos, M. y Saldivia, Z. : “ El contexto de Claudio Gay: Ciencia y Educación en el siglo XIX chileno “, Rev. Trilogía, UTEM, Stgo., Vol. 12, Nª 19, 1992, pp. 51-53.
- Gurdian F., Alicia: “ Universidad, sociedad y vitae” , Rev. Educación, U. de Costa Rica, Vol. 16, Nº1, 1992, p.11.
- Zea, Leopoldo: El Positivismo en México, F.C.E., México, D.F., 1968, pp. 123-124.
- Cf. Lyotard, Jean Francois: La condición postmoderna, Ed. Cátedra S.A., Madrid, 1987, p. 17.
- Cf. Mönckeberg, Fernando: Chile en la encrucijada, Impresora Creces, Stgo.,1989, p. 96.
- Piaget, Jean: Psicología y pedagogía, Ariel, Barcelona, 1971, p. 165.
- Rumpf, Horst: “ Conocimientos versus informaciones”, Rev. de Educación, Vol. 45, Tübingen, 1992, p.96.
- Palmade, Guy: Interdisciplinariedad e ideologías, Narcea S.A. Madrid, 1979, p.17.
- Snow, Ch.P. : Las dos culturas y un segundo enfoque, Alianza Ed., Madrid,1977,p.14.
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